top of page

Taller con Diego Bianchi

A principios de 2013 ganamos una beca que daba la municipalidad para realizar un proyecto de formación en la ciudad de Rosario. Fuimos a buscar el cheque (tres mujeres trabajadoras en representación) y nos volvimos contentos a festejar.

Como consecuencia hicimos un taller con Diego Bianchi, intensivo, en octubre de ese mismo año. Fueron dos días en los que pasaron muchas cosas. Veinte personas conviviendo en un galpón de pasaje arenales haciendo cosas fuera de serie pero igualmente hermosas.

*     *

   __

 

Durante dos días lo importante de este taller fue buscar la forma.

 

La forma está en los sonidos

La forma está en los movimientos

La forma está en los gestos

La forma está en el baile

La forma está en las palabras (y en el modo de enunciarlas)

La forma está donde existe un encuentro

La forma está en la relación de los objetos

La forma está dentro de nosotros

 

Sin embargo, la forma no se comprende a sí misma sino en la reciprocidad. Toda forma se construye en una relación. Escuchando al otro (entrando en sintonía), mirando al otro, sintiendo al otro. Lo importante de los dos días de taller fue poder entrar en conexión con el otro (incluso para oponerse). Para eso fue necesario agudizar los sentidos, siempre desestabilizando para luego sentir más. A veces alcanza con pronunciar repetidamente la letra  “m” con los ojos vendados para sentirnos en otro lugar. O caminar ciegos por la calle dejándonos guiar por un desconocido. O bailar mal delante de todos.

 

Se trata de confiar. Pero también se trata de quedarse y no perderse. Y estar ahí no es nada fácil, no es una actividad liviana. Lo que mantiene conectados a dos puntos es una cierta tensión. Si esta tensión se corta los puntos se distraen y se caen, se aburren y se disipan. Se trata de intentar conocer y entrar en relación con uno mismo, con los objetos, con las demás personas. Los momentos donde nos pusimos en ronda para mirarnos entre todos fueron muchos. Mirarnos a las caras, armar un rito para poder expandirnos.

 

“Que el arte no sea un gueto, una secta, un grupo cerrado. Que el arte se conecte con la comunidad”. Esto nos dijo Diego Bianchi cuando terminamos el taller. Y ahí entendimos todo.

 

bottom of page